20:32
mujer de todos mis años
me ilusionaba divisarte
con la ingenuidad del niño,
con la obsesión del hombre.
Recorrí tus instancias,
tus eclipses de luna llena
y tus atardeceres perdidos;
caminamos tus anhelos
susurramos tus secretos.
Te miro, como el primer día,
llegar, como desapercibida,
tu sonrisa ligera desde lejos;
y doy la vida en ese instante
porque me regales una mirada.
Anduvimos soles calurosos
y vimos ocultarse las estrellas
temíamos al viento de agosto
nos despedimos en marzo
y volvimos a soñar en febrero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por regalarme tu tiempo y permitirme compartir estas líneas. Deja tus comentarios con el corazón, tal como yo he regado estas cartas.