Junio 14 de 2018
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Necesidad de tenerte
prisión ajena
dulzura de diez noches
pasión de una vida entera.
Bailamos, luego reímos:
besamos, luego amamos;
sentimos, luego gozamos;
reímos, luego vivimos.
¿Quién habría de entendernos?
Ajenos por muros de años
íntimos por sábanas tibias.
Y al final, mirándonos a los ojos
bajo el agua caliente
como si no hubiera tiempo
como si fuéramos siempre
y no nos hubiéramos dejado.
Las flores de tus manos
las ramas de tus brazos
los frutos de tus senos
los pétalos de tus labios
y la raíz jugosa de tu vientre
cuya savia bebo gustoso
en esta necesidad constante.
Necesidad de tenerte.
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