Diciembre 10 de 2017
16:30
Tus ojos saben contar historias
algunas que sólo yo puedo descifrar,
son tu sombra y son mi luz,
escritas con mis dedos en tu piel clara.
Tu vientre dulce es mi cuaderno
tus senos tibios lámparas del camino
que me conduce a tu voz agitada,
estremecida de amor con tus ojos cerrados
tu boca tersa y tu respiración.
Y vuelvo a descubrir en las historias calladas
que no todos los libros han de abrirse
quizás los mejores siguen anclados
esperando la única luz
de quien por fin sabe cómo leerlos.
Las hojas de tus piernas desnudas
la portada de tus ojos complacientes
los títulos de tus manos sobre mi piel ansiosa
los párrafos de tus labios sobre los míos
el epígrafe en una frase tuya que surgió de pronto.
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