Enero 18 de 2020
21:27
Me miras
y sé que el cielo tiene sus edades
ayer eras apenas una niña
y hoy han madurado nuestras ansias...
Te besé con la mirada
aquella primera vez;
nunca dejé de anhelar los besos de tu boca
y he de esperarlos como se espera la noche.
En las sombras de tus tristezas
leo los caminos que no andarás
y los adioses que te alejaron de mejores tiempos.
Mas, no sabes, quizás,
que es bello mirarte a los ojos
y adivinar que todavía sueñas
y soñar contigo
y volar por los mundos que inventas
tomando tus manos
que se sienten tibias,
como la esperanza.
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