Noviembre 6 de 2018
00:30
Una tarde miraba tu andar,
me ilusionó bailar contigo;
luego tomé tu mano una noche
y me estremeciste el alma.
Y vinieron el beso y sus sabores
texturas que jamás olvidé,
tu cuerpo cálido una noche,
tus senos abriéndome la boca.
Tras décadas de silencios
la urgente espera fue saciada
tú en mí y yo dentro de ti
en cócteles de miel, sal y alcohol.
Y te amo, constantemente,
aligero los pasos que me llevan a ti
escribo canciones con tu nombre
y espero cada día volver a verte.
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