Noviembre 21 de 2018
9:58
Quizás lo más maravilloso
después de haberte desnudado frente a mí
desnudez de tu piel ardiente
y también en estado sosegado;
desnudez de tus pensamientos
y también de tus sueños latentes;
desnudez en la ducha
y en la mirada despreocupada;
desnudez de las manos al tocar,
de la boca al besar
de los cuerpos al amar;
pero también
de las manos al confortar,
de la boca al comer,
de los cuerpos al caminar juntos.
Quizás lo más maravilloso, digo,
sea poder sentarme a contemplar tu universo
y las estrellas desconocidas en tu cielo
y atreverte tú a dejarte conocer
mientras abres los ojos para mirarme;
y que los dos,
como ríos paralelos
que se entrecruzan y se separan
rumbo al mismo mar,
hallemos nuevas formas
nuevos mundos que inventamos
breves altos en el camino
para continuar nuestra marcha
sabiendo que otra vez estaremos juntos.
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