11:18
Me dormí,
dejé volar los sueños
y te amaba con ternura
con un ardor irrefrenable
cáustico y rebelde.
Sentía tus manos y tus pechos
y la humedad de tu sexo,
el movimiento gentil
y pícaro de tus caderas
como una canción de amor.
Te escuché gemir
eras volcán de perfumes
y te poseía despacio
levantándome al cielo
para tocarte con la mirada.
Y estabas ahí
tendida, agitándote desnuda
mientras te miraba danzar
atados nuestros vientres
y entonces comprendí...
-Que estaba despierto-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por regalarme tu tiempo y permitirme compartir estas líneas. Deja tus comentarios con el corazón, tal como yo he regado estas cartas.