lunes, 28 de diciembre de 2015

Cuando llegas



Diciembre 29 de 2015
00:21




Cuando llegan estas noches,
las tibiezas de tu piel se aproximan entre vapores furtivos,
y el torrente de mi pecho se desborda, arrancándome del letargo.

Cuando llegas de pronto,
paloma que retornas en silencio, al nido de mis nostalgias,
extraviada de faenas lejanas, que te convierten en extranjera de mis lunas.

Cuando te llega este suspiro
un ignoto presentimiento te sacude el alma en secreto,
Y sabes que te amo con las mismas fuerzas de entonces, y el sosiego de estos años.

Cuando llego a tu vera,
embriagado de melancolías por contemplarte, mientras caminas hacia mí,
como en las perdidas noches, ecos sutiles de cantos que repito desde entonces.

Cuando llegamos en silencio,
a una cita esperada desde las nubes y desde el martillo irremisible del tiempo,
en silencio, con el ardor en los labios y la febril ansiedad en los ojos.

Entonces, amor,
brotan serenas las lágrimas,
y ondean los árboles sus secretos guardados.
Tejen las brisas tibias, risas acalladas por el tiempo,
y me encuentro contigo abrumado por la pena,
y corro a abrazarte, en la alegría de saber que llegaste.

Corren presurosas las sombras en el silencio nocturno,
a veces tímidas, a veces cínicas
y olvidan por dos segundos las penas esparcidas,
como pétalos de un sendero de ilusiones que renacen,
como valientes sigilosos que soportaron el quebranto,
para juntarse en el regocijo del abrazo

Es el tiempo de saludarnos, tras el luto de esta pausa interminable;
es el cielo que acaricia nuestras frentes,
en el sueño de mis desvaríos de siempre,
cuando me contagias con tu vida al mirarme a los ojos
¡Cómo sueñan estas penas con saciarse de amores!
¡Cómo se entristecen de nuevo por saber que te alejas!






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