Agosto 15 de 2024
22:58
la pregunta que no acabo de formular,
llena de incomodidades y fascinaciones;
soledad al otro lado del teléfono,
como un filamento cósmico, inconexo,
sin el extremo que llega a tu sonrisa,
-a la suavidad conveniente de tu ombligo-.
Y mira cuánta falta le haces a mi corazón,
si bien, no demando ni un latido del tuyo,
pues es sabido que las ternuras del alma,
misteriosamente despiertan y se difuminan.
Aun así, ¡Cuánto preciso de un beso tuyo,
la caricia tibia y suave del envés de tu mano
y cuánta alegría me daría el mirarte!
Desde la distancia de lluvias
y desde este frío que nos separa,
tejo vestidos y zurzo esperanzas,
almaceno copas sin ebriedad,
y me quedo inerme en alta mar
ansiando arribar de nuevo a tu puerto
para poblar tus costas y ver tus amaneceres.
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