Octubre 15 de 2021
23:40
En el estrépito
de las canciones alegres
y centenares de pasos en el baile,
entre sudores y alientos de licor
entre perfumes errantes y caóticos
te robé mil besos y te abracé.
Y en la penumbra,
donde nuestros secretos
se refugian al amparo de la noche,
entreveía las líneas de tu rostro
adivinaba las redondez de tus senos
y te afirmé contra mi pecho,
como queriendo retenerte por siempre.
Cesan las canciones y se detiene el baile
mas los días y sus noches se convierten,
ya sin ti, sin haberte retenido lo suficiente,
en evocaciones y licores de mejores días,
que esta piel recuerda;
tus besos se han ido a otra parte,
y no te encuentro en la ciudad.
Entonces, entre lamentos,
mis sentimientos se tornan ínfimos
y mis ansias tan prosaicas
que de la angustiosa marcha no queda nada,
sólo rescoldos apenas humeantes.
Y añorando tu voz y tu abrazo imposibles,
mi mano te dice «adiós», mientras te alejas.
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