Mayo 23 de 2019
7:52
Te deshice en mis manos
como a un pétalo entre los dedos.
Extraje tu néctar
lo destilé de tus labios que adoro,
lo libé de tu sexo ardiente
y me lo bebí en gotas de tu frente,
ansioso por más en tus axilas,
tus senos, tu ombligo y tu cuello.
Y mirándote a los ojos
te invadí entre agitaciones
me abrigué con tu piel suave
y me juré amarte siempre,
aunque ya te había dado el alma
en mis noches y cien tardes,
mientras mi sexo cantaba contigo
y mis pies junto a los tuyos bailaban.
Te miraba a lo lejos
y me acordaba entre sonrisas
que nuestros cuerpos desnudos
se habían conocido de memoria
y esperaban otra tarde y otra noche,
bajo el abrigo cómplice del silencio
o en la bulliciosa agitación de un bar
para seguir contándose secretos.
Te deshice en mis manos y volviste a ser lirio
... Y nunca volví a ser el mismo.