sábado, 30 de noviembre de 2024

Como flor abierta para derramar mi savia ardiente

Diciembre 1 de 2024
00:23



Se escuchan tonadas en el aire
se sienten tus aromas más íntimos
carne de mujer y piel ávida
como hembra en celo para mi boca
como misterio y poema
como fruta deliciosa
como flor abierta 
para derramar mi savia ardiente.

Vuelvo a rondarte
tras horas, días y semanas;
y a atrapar tus primores de virgen
y tus sabores de mujer madura.
Quisiera bailar tu danza
ondear mi nariz en tus cabellos
robarte un beso
y en él tu alma.

Quisiera descifrar tu enigma
que al final de cada jornada
termina por atraparme
entre la evocación de tus aromas
y la esperanza de tu piel tibia.
Quisiera migrar a otro cielo
donde nuestros besos no se agoten
y volemos los dos entre embriagueces;
que fueras cierta todo el tiempo
y no extrañarte tanto
cuando me faltas



Tus labios rojos, tus senos de fruta dulce, tu sexo goteante

Diciembre 1 de 2024
00:13



Corro a buscarte
en avenidas anchas
en callejones grises
en rutas imaginarias
donde estuviste.

Y me parece
que escucho sutilmente
tus gemidos de hembra
tus agitaciones
y las tensiones de tu garganta

Vuelvo a tenerte
en nuestras conversaciones
en nuestras citas anónimas
en los besos ocultos
en una mirada errante

Regreso a mi lugar favorito
al cuarto donde te atrapo
para divisar tus ojos
tus labios rojos
tus senos de fruta dulce
tu sexo goteante
y tus manos atrapando el mío
como una canción 
a cuatro manos.

Y me inserto en ti
como un recuerdo perenne
usando mi tallo de fuego
dispuesto para ti
agitándose en ti...
Y lluevo ríos vivos
en tu flor abierta
para que te acompañen
gentilmente
mientras volvemos a vernos
Y así, por siempre.



Sabor a almendras, sabor a sal y a mujer amada

Noviembre 30 de 2024
23:58



Tu sombra
me sigue
me recorre cálida la espalda
besa mi nuca
y me abraza en las noches.
Sigues a mi lado,
en la memoria del último beso
en la humedad de tu sexo
perfumando mi boca;
sabor a almendras
sabor a sal
y a mujer amada.

Te evoco
en pulsiones inexplicables
inconcebibles y erráticas,
cuando regaba mis fluidos
en tu boca entreabierta
y acariciaba tu jardín
húmedo y esponjoso
del que brotan a veces
los más sabrosos néctares.

¿Lo ves?
nutrimos mutuamente
con savia de nuestros placeres
y demarcamos a gotas
transparentes gotas,
lechosas y chorreantes
la tierra que amamos
y que nos llama a cada instante.
¡Oh, esta ansia de ti
que me estremece
en convulsiones de mi vientre
en mi lengua que te busca.

En esta necesidad
de estar unidos
por nuestras salientes
de derramarnos uno sobre el otro
entre la perdición del vino
y la ebriedad de la música.
¡Esta necesidad de ti
que me angustia y me alucina!
Me sigue tu sombra
me besa los labios
y me indica tu camino
para siempre