Enero 1 de 2013
22:04
Sin la música, sin tu voz, sin la palpitante sensación de saberte cerca.
Te has ido hace días de este lugar, dejándome a solas con la melancolía de ti. Tal como hace años lo hacías sin saber.
Y vengo a concluir la razón por la cual no escribía mucho por la misma época días, hace años, cuando nuestro amor florecía... Era el eufórico frenesí de estar contigo y con tantas personas queridas a nuestro alrededor, que lo hacían innecesario. Sólo cuando te marchabas de vacaciones, colapsaba mi alma y me sumergía en el vacío y la pena. La resaca tras semanas de intensa cercanía, era algo inmanejable, agónico y martirizante. Me inundaba entonces de versos, intentando atrapar nuevamente esa mirada, esa tersura de tus manos, ese calor de tu rostro frente al mío.
Años después, me agobia la misma tristeza. Pero todo se ha conjugado patéticamente para acrecentar este dolor de tu distancia. Los sitios que te recuerdan, las personas que te recuerdan, los ecos de tu voz... ¡Los espacios que guardan secretos de nuestro amor!, todos siguen inmóviles, hablándome de ti, trayendo a la memoria épocas de luz y alegría. Caminábamos juntos, tomaba tu mano, bailábamos hasta la mañana, nos abrazábamos. Los besos surgían de modo constante, incesantes mensajeros del Cielo que acallaban ansiedades y prolongaban la dicha. Las despedidas eran simplemente breves paréntesis de días y noches intensos; promesas de nuevos momentos; anuncios de un porvenir risueño, que de pronto se tornó para mi en tragedia. Una tragedia infinita e insufrible.
Al amanecer de un nuevo año, tras haber arrastrado recuerdos como de costumbre, me ilusiono con la idea de encontrarte. Ya pido poco, los días son difíciles, las noches demasiado frías. Ahora lamento tanto lo que no hice a tu lado, los besos que no te di, las oportunidades desaprovechadas, los momentos desperdiciados en silencios insípidos. No obstante, la esperanza se reanima en el horizonte, con la pálida luna mirándome en su belleza. No hay sonidos, no hay ideas abarcantes. Sólo una tímida expectativa de que el misterioso Destino será benigno con este amor persistente.
Te extraño, Amor Distante, Ilusión Fragante, Aire Fresco en el Desierto.
Espero, en esta distancia de tus sueños y tu latir, que seas inmensamente feliz. Tal como me he acostumbrado, deseo en el silencio que me marcan los años y los recuerdos, que puedas regresar pronto, para estar menos distantes. Me hace falta saber que está cercano tu vibrar; que podría encontrarte de pronto, que estás al alcance de una llamada. Por estos días, me he conformado apenas con saber algunas cosas que me cuentan de ti, intentando atrapar novedades que recreen esta ansiedad de estar contigo; por estos días resuenan ecos rescatados del pasado, imágenes volátiles cargadas de olores, sabores y sonidos.
Por estos días se renueva el alma ansiando tu regreso, aunque sea sólo para extrañarte menos.
Me haces mucha falta.
A Pesar - The Latin Brothers