Enero 19 de 2024
01:15
Sólo pienso en verte
en mirarte detenidamente
para descubrir un lunar nuevo,
un lugar inexplorado,
un aroma perdido aguardándome;
un rastro de tus dedos,
anticipando mis besos,
la ansiosa humedad de mi lengua
y la inquieta precipitud de mi torre erguida
por penetrar tus aberturas mojadas.
Que sientas sus palpitaciones
sus contracciones desaforadas
por derramar su savia pálida
y saciar tu sed
o regar tu jardín aromático.
No hay palabras para tales deseos
sólo una inestática tensión
que se vuelve frenesí al mirarte
al leer tus líneas
y delirar con tus mapas interiores
recorrerlos con mis ojos
tus montes, tus valles, tus cráteres
tus lagunas y tus bosques;
y abordarlos entre delirios,
mientras me acaricias
mientras me besas
donde mis manos han trazado
un camino invisible para tu boca
para tu lengua ardorosa
para tus labios de almíbar,
que me extasían sin tregua.
Entrégame tus manantiales
declárate vencida entre mis brazos
prisionera voluntaria a mis antojos
y yo haré lo mismo
hasta consumirnos en el mismo fuego;
derrama tu lluvia salada
tu rocío de fruta mojada
y yo libaré tus néctares más íntimos;
recoge tú mi torrente
ansioso de regarte por dentro
de conocer los abismos oscuros
cuyos pétalos sólo abres
al sentirte embriagada de deseo,
deseo tan tuyo, deseo de hembra
gustosa de ser abordada.
Y deja que te cante esta reclama
entre las espumas del vino
o a la distancia, mientras me lees;
o que te la declare entre besos
mientras te atravieso con ardor
mientras bebes mis jugos
o mientras te exploro,
con mis ojos, con mis manos
con mis susurros, con mis dedos
con mis labios, con mi lanza
que te inyecta vida
mientras me entregas la tuya
entre espasmos de placer y gemidos.
